Aunque no muchos son conscientes, Cuba tiene una larga historia de producción de perfumes con especias naturales, extractos de flores, frutos y hojas.
Uno de los lugares que merece la pena visitar es el Museo del Perfume, ubicado en la calle Mercaderes, en la zona más elegante de la antigua calle de La Habana.
La tienda todavía tiene los muebles originales de la perfumería de principios del siglo XX, con la atmósfera mixta entre art deco y colonial. Los olores son artesanales, hechos a mano, y recién preparados con los métodos tradicionales de la isla. En cada esquina botellas de vidrio oscuro, cada uno con una fragancia diferente, una mezcla de especias y aromas exóticos.
Uno de los más característicos es el aroma de tabaco. También el lirio de jengibre blanco, más conocido en Cuba como Mariposa.